Parece que hoy en día todo el mundo habla de IA (inteligencia artificial). Robots, máquinas y programas informáticos tan inteligentes que pueden aprender de la inteligencia humana, imitarla e, incluso, superarla. ¿Qué tiene que ver con el embalaje? Bueno, podría ser todo. Esta nueva tecnología, unida a los sistemas automatizados existentes, revolucionará la industria tal y como la conocemos.
La primera patente de robótica se presentó en 1954. Seis años después, General Motors tenía el primer robot operativo en su planta de producción moviendo piezas pesadas de automóviles. Los fabricantes no tardaron en darse cuenta de que podían utilizar la automatización para agilizar la producción, lo que provocó una evolución tecnológica en la industria del embalaje.
Transcurridas casi seis décadas, la automatización se convirtió en la norma del sector. Las embolsadoras automáticas, formadoras y selladoras de cajas, envolvedoras de palets y sistemas de relleno de vacío ayudaron a modernizar y agilizar la producción. Pero con las nuevas tecnologías de IA, estas máquinas, ya de por sí impresionantes, podrían acelerar los procesos y flujos de trabajo normales, haciendo en días lo que antes llevaba meses.
En términos sencillos, la IA funciona reuniendo cantidades masivas de datos en algoritmos informáticos preprogramados para aprender de patrones. Esto permite a las máquinas realizar y perfeccionar tareas que normalmente requerirían inteligencia humana. ¡Y ya está ocurriendo!
Estas son algunas de las formas en que la IA ya está transformando la industria del embalaje:
- Mejora de materiales: los programas de IA pueden predecir qué tipo de embalaje y relleno para embalaje se necesita para proteger productos específicos, extrayendo datos de reclamos de clientes de sitios web. Así se reducen desperdicios, daños en los envíos y costos de transporte.
- Gestión de inventario: mediante la recopilación de datos históricos de ventas, una empresa puede calcular los niveles precisos de existencias que necesitará gracias a la predicción de la demanda. Pueden ajustar con precisión la producción y minimizar los desperdicios cada año.
- Control de calidad: la IA ayuda a las máquinas a detectar imperfecciones y defectos con una precisión casi absoluta, lo que reduce los reclamos de los clientes y garantiza la integridad del producto.
- Supervisión de máquinas: la IA puede detectar signos tempranos de desgaste en el proceso automatizado, identificando los posibles problemas con potencialidad para detener la producción o requerir mantenimiento.
La forma más evidente en que la IA está cambiando los embalajes es en el diseño y el etiquetado. Con los procesos actuales, los diseñadores humanos pueden tardar semanas en crear renders y maquetas, mientras que con la IA tardarían minutos. Y mediante la recopilación de datos de compras anteriores, la IA puede predecir y diseñar embalajes que está demostrado que llaman la atención de los consumidores. También abre todo un mundo nuevo de esquemas de diseño, coloridos y técnicas utilizadas para dar al embalaje un aspecto característico.
A estas alturas se podría pensar que la IA puede hacerlo todo, pero el elemento humano sigue siendo fundamental en el proceso de producción. Por muy inteligente que sea la IA, aún no puede tener en cuenta aspectos como la toma de decisiones complejas, la capacitación, el trabajo de mantenimiento, las consideraciones éticas y la supervisión general. Para que esta tecnología funcione en la producción son esenciales personas creativas y dedicadas.
La IA no es solo una palabra de moda en la industria del embalaje, sino que está cambiando la forma en que las empresas conciben la automatización y el diseño. Todo gira en torno a la rapidez, la eficacia y la creatividad, para que el embalaje no sea solo un caparazón protector, sino un auténtico vehículo de marketing. No está claro cómo será el futuro de la industria del embalaje con una IA totalmente integrada, pero es apasionante pensar en ello.