Empaque interior: papel de relleno vs. plástico

¿Bolsa de papel o plástico? Esta es la típica pregunta que nos hacen en el supermercado para saber cómo queremos llevar nuestros alimentos a casa. ¿Pero qué decir de los rellenos para embalaje? En el pasado se han utilizado diversos tipos de rellenos para embalaje; algunos de ellos son la viruta para embalaje, el film alveolar, las hojas de periódico, el papel de estraza, las bolsas de aire, las figuras troqueladas de papel corrugado y las tiras de cartón.

Papel

El papel tiene sus ventajas porque, dependiendo del sustrato de papel utilizado, actúa como amortiguador y genera un efecto compacto al rellenar todos los espacios. La oferta de papel de relleno más básica viene en rollos y hojas. También hay suministros preparados para pasar por un equipo automático. Normalmente, este equipo transforma un rollo de papel de uno o varios pliegos en bastones de papel corrugado con volumen que se adaptan al interior de una caja y ofrecen un mayor nivel de amortiguación. Hay muchos fabricantes que crean equipos por los que pasa un tipo de papel "específico" que solo puede usarse en dichos equipos debido al ancho del rollo y a otras características exclusivas del producto específico. También hay equipos de manipulación de papel que se utilizan en centros de distribución centralizados, que pueden detectar los espacios vacíos y automáticamente dispensan la cantidad de papel necesaria para rellenar un determinado empaque. No existe un método científico que determine cómo se coloca este tipo de relleno dentro de una caja y, en términos generales, protege su contenido de manera efectiva. El papel también ofrece ventajas a nivel ecológico porque es 100 % reciclable y se puede fabricar a partir de material reciclado. Esto es importante para los clientes que buscan una opción ecológica, que además sea sostenible.

El papel también tiene sus desventajas. Se apelmaza y su uso depende de la opinión subjetiva del empleado que se encarga de embalar la caja; a veces, se usa muy poca cantidad y el producto embalado se mueve dentro de la caja, lo cual puede provocarle daños. Otra desventaja es que suma peso al empaque utilizado para el envío, lo que puede implicar que el paquete entre en una categoría de peso superior y, por ende, aumentar los cargos del envío.

Plástico inflado

El relleno para embalaje con almohadillas de plástico inflado, que suelen llamarse bolsas o almohadillas de aire, redujo su grosor de 2.5 mil a menos de 1.0 mil hace solo algunos años. Sin embargo, aún retiene su resistencia gracias a los avances que se han hecho en la tecnología de películas plásticas. En un mundo en el que la sostenibilidad es importante, una de las ventajas de estas bolsas es que, al desecharlas luego de recibido el empaque, se pueden desinflar y esto reduce su volumen original un 1 %. Dato para quienes desean cuidar el medioambiente: las bolsas pueden desecharse en un centro de reciclaje. Las almohadillas de plástico inflado son fáciles de usar y no resecan ni cortan las manos como el papel. Además, no se necesita demasiada capacitación para aprender a usarlos si una compañía está embalando con papel y decide optar por estas almohadillas. Son livianos y pueden estamparse con un diseño personalizado para resaltar aun más la marca de la compañía, lo cual es frecuente en el ámbito del comercio electrónico.

Se han hecho progresos en este campo, ya que hay diferentes configuraciones y estilos de almohadillas, algunas de las cuales imitan el formato del film alveolar y de los tubos flexibles, además de otros diseños, para ofrecer una mayor flexibilidad. Las bolsas de aire también se fabrican con materiales reciclados, pero en menor medida que el papel. También se ha progresado en cuanto a los aditivos biodegradables, cuyo objetivo es contribuir a la degradación del plástico en vertederos tradicionales.

Una de las quejas en torno al uso de las bolsas de aire es que requieren de una mayor manipulación al empacar una caja y los empleados pierden más tiempo en la tarea, lo cual puede remediarse capacitándolos para usar el tamaño de bolsa y el porcentaje de relleno correctos. Otra de las quejas es que explotan dentro de la caja, lo cual realmente sucede si los artículos embalados son filosos. Dada esta situación, se podría utilizar una combinación de ambos materiales, en lugar de uno solo, dependiendo de la variedad de productos del consumidor final.

¿Cuál debería usar?

En lo que se refiere a la mano de obra, se suele cuantificar, mediante estudios de productividad, el tiempo invertido en empacar con relleno de papel y con bolsas de aire. Esto se hace designando a un grupo fijo de empleados para empacar las mismas cajas con ambos rellenos y se calcula el índice de rendimiento. Otras variables a tener en cuenta, que deberían ser constantes para ambas opciones, son:

  • Si un pedido debe pasar por control de calidad
  • Si el paquete llega a los empleados a través de un sistema centralizado
  • Si deben retirar los paquetes de carritos de distribución.

En cuanto al precio, se han llevado a cabo muchos análisis comparando los dos sustratos y, según el espacio a rellenar, en la mayoría de los casos las bolsas de aire se impusieron como la mejor opción. Como estas bolsas se inflan con aire, son más rentables y fáciles de desechar. Sin embargo, el panorama sería diferente si, por ejemplo, la caja a rellenar fuera de 8" x 8" x 8" y exigiera una cantidad de relleno mínimo. En dicho caso, solo se necesitaría una pequeña cantidad de papel e incluso la bolsa de aire más pequeña no sería apta.

Debido a varios nuevos desarrollos que se perfilan en el campo de la sostenibilidad, existen nuevas posibilidades de reducir o eliminar los rellenos de papel y bolsas de aire, gracias a las armadoras de bandejas con tapa automatizadas y a otros equipos semiautomáticos que reducen el peso dimensional general de las cajas.

Como cada situación es diferente y son muchas las opciones de relleno, tanto de papel como de bolsas de aire, lo más aconsejable es recurrir a una evaluación gratis efectuada por un representante de Premier Packaging, quien puede analizar la aplicación por parte de los consumidores finales, los parámetros de envío y cualquier restricción en el presupuesto. Tenemos un enfoque objetivo de los materiales y, gracia sa esto, podemos ofrecer soluciones con total transparencia.